Ensayo sobre la ceguera  

viernes, diciembre 15, 2006

"Dale limosna mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada"
Tener algún problema en la vista es algo que no le deseo a nadie, ni siquiera a aquellos enemigos que hoy se encuentran lejos. Bien es cierto que con los utensilios adecuados tu vida no cambia demasiado del resto: ponte lentillas, gafas, monóculos... cualquier cosa vale para que te olvides de tu pequeña falta de visión. El problema surge cuando tienes que desprenderte de ellos y surgir al mundo con la mirada más natural que tienes. Ahí, la cosa cambia.
En cualquier libro de poesía, filosofía o ética, seguro que hay alguién que te dirá: "El mundo está tan mal que mejor ser ciego e imaginar paraisos", pero todo es distinto cuando dependes de la vista para que no te pille un coche, para ver si tu autobús llega a la parada, para reconocer caras de la gente, o simplemente buscar el libro que te gusta entre los títulos de un escaparate.
Tan solo identificas manchas, puntitos de luz en la lejanía, y las luces de navidad, que tanto te entusiasman, ahora se confunden con el semáforo en rojo de la esquina.
Y para que hablar de la pizarra de la clase o ese profesor que te pregunta a tí, cuando tu ni siquiera ves a donde mira.
Luego llega la jaqueca. Aquella forjada por la estúpida ambición de tus ojos por esforzarse en ver bien. Que cuando llega la noche deseas tener un cassette en la mano que te diga: "Hola, Marina, ¿quieres jugar a un juego?" Y tu dices: "Sí, pero uno en que me vuele la cabeza."
Sé que estoy exagerando. Que tampoco es tanto la ceguera, no al menos la natural (que ya la otra es cosa aparte). Pero tener la sensación de no ver bien y no poder hacer nada te hace sentir impotente.
Si no saludé a la gente que pasó por mi lado ayer, no penseis que es soberbia o enfado, perdonadme es que soy miope.

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3 comentarios: to “ Ensayo sobre la ceguera

  • Anónimo
    viernes, diciembre 15, 2006  

    Yo que no soy miope, solo tengo los ojos destrozados por los ordenadores (al igual que la cabeza)....no puedo vivir sin mis gafas :(
    Que voy por la calle sin ellas como si estuviera en un guiño sin final, con los ojos entornaillos X-)
    Menos mal que de cuando en cuando oigo a mi madre a lo lejos: "Niña ponte las gafas y quita esa cara, que pareces tontica!", entonces pienso que es el momento de dejar de guiñar.

    Y parecerá una tontería esto de entornar los ojos...pero es que funciona!! ;)

    Me siento totalmente identificada con lo que has escrito, chiquitina.

    Firmado: una que ve menos que "Pepe Leches"

    P.D: No me preguntes quien es Pepe Leches, solo sé de él lo que me cuenta mi madre: que veia poco.

  • Anónimo
    sábado, diciembre 16, 2006  

    Las pelusas a estas horas de la noche ven poquico, a ver si pa mañana les enciendes una lucecica debajo la cama para que hagan vida mujé, que no hay na más triste que ser ciego debajo una cama...

    Fdo: el representante de las pelusas (y de Julian Muñoz)

  • Elune
    domingo, diciembre 17, 2006  

    Me temo que la ceguera no se cura con las luces encendidas. Al menos a mi las de navidad me confunden mas. De todas formas bien es sabido el dicho: "¡Al enemigo ni agua!"

    pd: Bueeeeeeno, encenderé una luz para que vean que sigo aquí. En estas épocas que corren dejaremos las revoluciones para más tarde. ¿Qué se les puede regalar a unas pelusas?
    pd a fan de pepe leches: ¿Tu porque no escribes un blog de una vez? Me parto con tus comentarios. Yo no soy fan de pepe leches, ¡SOY SU MUJER!.. ainss que ciega estoy...

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