24 de Septiembre de 1984  

jueves, septiembre 21, 2006

Cuando nací era morada, poco pelo, ojos cerrados. Mi madre recuerda que me comía los puños: llegué a este mundo con hambre. Me aferré lo mejor que supe a la vida que se me brindaba, aunque no recuerdo bien si fue comprada o regalada, solo sé que venía sin libro de auto-ayuda. Ni un míserio README que leer. Nada más llegar, ya me dieron la cachetada para que espabilara: preludio del futuro. Yo, en aquel entonces, sin vergüenza ni cultura aprendidas, le reproché fieramente al tipo que me sujetaba cual conejo por las patas: "Oye, que yo estaba muy tranquila ahí. Que me habeis sacado vosotros y encima de todo va y me pegas...con el frío que hace aquí". Pero al parecer, con toda la cultura que tenía, era incapaz de entender el lenguaje de un bebé, así que al final opté por callarme: preludio del futuro. Mi madre me vistió de rosa y colocó sendos pendientes en mis orejas, ahí, para que no se me olvidara nunca más mi condición.
Como prácticamente me crié en un bar, pasé buena parte de mi infancia dentro de un parquecito infantil: viendo el bullicio a mi alrededor. Yo, cansada de ver la vida fluir sin mi participación, ideaba tácticas para huir. Alzaba mis manitas a todo aquel que viniera a hacerme carantoñas y comenzaba a sollozar: "Sácame de aquí, hombre, que me aburro. Mira, hacemos un trato: yo te doy mi pelota favorita que está allí afuera, al lado del bolso de mamá. Y tú me sacas de aquí unas horitas." Pero, con toda la cultura que se aprende en los bares, esta gente seguía sin entender el lenguaje de un bebé e iban a por la pelota y me la tiraban en el parque: "¿Querías eso? Ale, a jugar". Acabé tirándome en el parque a dormir: preludio de futuro.
Aprendí a hablar solo de la rabia de que no se me entendiese. Entonces descubrí que el problema no era que no supieran hablar el lenguaje bebé, el problema residía en que no escuchaban: eran sordos. Por más que hablaba nadie me hacía caso, y más de uno me dio un empujoncito diciendo: "calla, no te metas en conversaciones de mayores."
Así que empecé a escribir: aunque me empiezo a temer que el mundo se haya quedado ciego.
Pero, si de algo me acuerdo, es de que nací pura: no había envidia ni rencor. No había celos, no había hipocresía, ni mentiras. No amaba a nadie, no odiaba a nadie, ni había amigos/as que guardar. No tenía ambiciones ni metas que lograr. No había tristeza. No había nada...
Y era en la nada misma donde residía la felicidad.

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3 comentarios: to “ 24 de Septiembre de 1984

  • Anónimo
    domingo, septiembre 24, 2006  

    No quería llamarte, ni mandarte un mensaje, ya que no puedo verte, para felicitarte.

    Quería hacer algo original, que yo sé que siempre buscas ser original con la gente y seguro que te gusta que lo hagan contigo. Pero tampoco se me ha ocurrido nada origianl para tu cumpleaños.

    Así que he decidido inaugurar tu blog y felicitarte por aqui.
    Mi niña chiquitita ya se ha apuntado a los dos patitos como ya hicimos todos los demás. Espero que estés pasando un dia genial, yo llevo todo el dia durmiendo (sí, anoche salí hasta las mil).

    Lo único que no me gusta de tu cumpleaños es que nunca puedo estar contigo para celebrarlo, pero ya llegará el día en el que pueda darte un pedazo de abrazo el dia 24.

    Y nada más, que con tanta palabrería lo único que no te he dicho todavía es FELICIDADES!!!, jejejeje. Q cumplas mil más y que no falte un año sin que yo te felicite poque eso significará que seguirmos tan enamoradas como ahora ;)
    Mil besos mi niña y mañana te espachurraré cuando te vea para felicitarte como es debido.

    MUUAAAAAKK!!

  • Jaenita
    lunes, septiembre 25, 2006  

    Felcidades, que sigas tan feliz como el primer día.

    Enhorabuena por tu nuevo "espacio".

  • Anónimo
    domingo, septiembre 23, 2007  

    Ya casi hace un año de esta entrada... entonces mi vida era muy diferente, no sabia muchas cosas que se ahora y otras pensaba que eran diferentes a como son.

    Este blog, como tu, me ha acompañado todo un año, me ha enseñado de ti, a conocerte, a quererte un poco más, tengo que agradecerle a él, y por extensión ti, por mostrarme como eres.

    Por enseñarme lo que es algo muy tuyo, una histeria...

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